jueves, 2 de mayo de 2013

Educación nutricional


Leía en El Mundo, a fecha del 29 de abril, las manifestaciones de José María Ordovásdirector del laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tufts (EEUU), investigador y colaborador senior en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y director científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA).

Las reflexiones en lo que respecta al ámbito de la nutrición, merecen toda la consideración y ser leídas a fondo, y me llamó la atención su comentario donde afirmaba que "si las enfermedades cardiovasculares provocasen un estornudo, todo sería diferente". Una clara alusión de que no hay un programa serio de advertencia médica por no haber síntomas, de los riesgos de la mala alimentación actual en el mundo civilizado. 

España, hace 50 años no comía tan mal. La cocina de aquel entonces, recién superado el aislamiento franquista, años 60's, era tremendamente casera. Apenas había productos de comida preparados y las recetas de las amas de casa, eran la cosecha de las recetas de las madres y abuelas. Pero es que hace 50 años, no existían ni la décima parte de las multinacionales de la alimentación, que han pervertido del todo el sistema de alimentación en un mundo de hoy. Recuerdo a mi amigo Fernando, visionario en aquellos tiempos, que un día nos alertaba de la porquería que supondrían los panes tipo inglés de una conocida marca pionera de México. ¡Cuanta razón tenía!... La perversión de las tostadas del desayuno tradicional con el pan tradicional de toda la vida...

Y desde luego, que no existía la televisión, ese fenómeno de masas en que aturden y abducen a tantísima gente, provocando uno de los mayores males de la mala salud general de la gente, como es el sedentarismo inducido. El estar quietos frente a esa pantalla, tragando por las orejas y la vista lo que se nos lanza, sin moverse, anquilosando las articulaciones, los músculos y los tendones, y negando para qué se nos han donado en vida a nuestro organismo: para moverse. Y de paso, caer en la provocación subliminal de comer por comer, de tragar cualquier cosa, sólo por qué es sabrosa sin pensar en que no la necesitamos, por estar sobresaturados en la alimentación, ...y porque acabamos de ver un anuncio que nos induce a ello.
Porque los anuncios de la alimentación, son de juzgado de guardia muchos de ellos.
¿Cómo puede ser, que con niños de protagonistas, uno de ellos le mienta a su madre diciendo que ha ido, a preguntas de su madre, a comprar huevos, leche, miel y cereales, y lo que en realidad ha comprado es una marca de galletas?
No hay un código ético establecido, porque no hay una guía clara de NUTRICIÓN, con mayúsculas. Todo está pervertido por la comercialización. No en vano en Europa se quieren replantear reducir - deberían anularlo y regalar las sobras a los países necesitados -, la tremenda cantidad de comida que se tira...porque no se comercializa.¡Santo cielo! ...Pero si nuestras abuelas aparte de que compraban lo justo, hacían croquetas, empanadillas, purés, albóndigas, ...¡que sé yo! con las sobras de la comida...En las casas de los años 60's se tiraba nada a la basura. Se aprovechaba todo, y curiosamente estábamos todos mucho más delgados...Repasad, repasad fotos de aquel entonces...No es que estuviésemos delgados, es que ahora caso todos estamos gordos, con grados determinados por, sobrepeso la mayoría, obesos, obesos mórbidos como en los USA, etc. 
¿Y qué es lo que ha pasado? Cabe preguntárselo a los gobiernos mundiales que no solo se han preocupado ZERO en repartir la comida no solo entre su gente sino en los países que la necesitaban, sino que han permitido que la gran industria alimentaria, algo menos potente que la farmaceutica, imponga su ley. Ellos han gobernado de espaldas a los ciudadanos permitiendo todos los tipos de abusos educacionales y promocionales de la comida preparada por las multinacionales, y con una gran venda en los ojos se han limitado a poner leyes de contenidos, que sólo hacen que poner parches a productos que muchos de ellos deberían estar casi prohibidos en su ingesta continuada, y sobretodo en niños que están en edad de desarrollarse.

Leemos en las noticias que cada vez hay más niños obesos, y que la diabetes tipo 2, se dispara antes, y que hay hipercolesterolemia preocupante en un porcentaje significativo de nuestros niños...

¿Y eso a alguien le ha importado? ¿A los políticos quizás?
A las farmacéuticas desde luego que no. Con tal de asegurarse de por vida a enfermos crónicos con medicamentos anti colesterol, que regulen la glucosa, que regulen la facilidad en generar trombos, que calmen los dolores, que reduzcan el dolor de las articulaciones, las migrañas y dolores de cabeza,  que protejan las mucosas del estómago para tamaña ingesta de preparados medicamentosos...
En los años 80's se habló de un libro blanco sobre la alimentación. Aún se espera.
Y mientras tanto, se anuncian sopas con contenidos en sodio que equivalen al 50% de la ingesta diaria, se permiten bebidas como naranjadas, que contienen casi 50 gr. de azúcar por lata, aficionando a los niños a beberla porque "es mejor eso que tomar alcohol", cuando fácilmente un niño de nueve años en una fiesta se puede beber 150gr de azúcar en las bebidas, 100 gr más entre golosinas, pan y pasteles, comerse grasas saturadas de patatas fritas, ... y luego al llegar a casa irse a dormir porque no hay ganas de cenar nada y "el niño ya ha comido bien ésta tarde", creyéndose uno que a su hijo le ha dado bien de comer...Y si luego resulta que el niño no hace ejercicio, no corre ni quema calorías jugando, porque prefiere la play ó el ordenador, estamos malcriando a un futuro obeso
Aberraciones nutricionales como ésta que describo, se pueden escribir a cientos...
¿Y las autoridades sanitarias? ¿Para qué han estado las autoridades sanitarias sino para luchar por una leyes que PROHIBAN ciertos consumos a niños de cierta edad, y recomienden consumos MUY moderados de sustancias perniciosas que nos venden como comida? Están pero no se les oye...Ni les interesa...

Y hablo de España, porque es una pena que en éste país tan rico en la tradición culinaria, donde la cocina de las abuelas está aún presente, y la dieta mediterránea está presidida por la joya del aceite de oliva virgen a poder ser, es una pena que hoy en el 2013, veas que un muy alto porcentaje de jóvenes de ambos sexos menores de treinta años, se les vea con sobrepeso, y que se vea incluso obesidad mórbida en algunas personas, algo que en la España de los 60's, era del todo infrecuente y extremadamente raro, sólo se veía en americanos que podían acercarse a nuestra península.

Nutrirse primero para aprender a comer bien. 
Mover nuestros músculos porque para eso Dios nos los ha dado. 
Sube escaleras, haz gimnasia al menos diez minutos al día, camina entre media y una hora diaria
Esa es la clave, y para eso hay que aprender los principios nutricionales. Y de salud del ejercicio, que no hace falta que corras maratones para estar en forma. Que eso tampoco es tan sano como se vende. Que hay estudios que demuestran una alta muerte celular en nuestro cerebro demostrada en análisis a personas que han corrido una maratón. Eso lo vi yo con un producto que vendíamos a los laboratorios en nuestra empresa.

Hay que cambiar el esquema y hacer rutinario el buen comer, y absolutamente excepcional el mal comer (comida basura por ejemplo, ó fast food). 
Verduras, frutas, hortalizas, carne roja no más de dos veces por semana en los jóvenes, las personas mayores una vez cada diez días ya es suficiente, el resto de días pescado, azul dos veces por semana, ó carne blanca de pollo ó pavo, ó las riquísimas codornices. Y no olvidarse de las legumbres, al menos una vez a la semana, el pan a poder ser integral, poco y por la mañana preferentemente, olvidarse del invento de las baguettes, el mayor error nutricional consentido de las autoridades sanitarias de éste país, sustituir el verdadero pan hecho con levadura madre a poder ser por barras congeladas sin declaración nutricional de contenido horneadas desde su punto de congelación directamente generándose las consabidas acrilamidas, pasar del pan en cuadrados empaquetado de los supermercados para desayunar y sustituirlos por simples tostadas de pan bueno (hay que gastarse dinero en pan bien hecho, ¿cómo es posible que se haya dado la moda ahora de ahorrar en pan sin saber cómo se está haciendo y por qué se está abaratando tanto?), sustituir la margarina ó mantequilla por un chorro de aceite de oliva virgen, y si se le añade tomate, mejor; de embutidos, tomar ocasionalmente el jamón curado, a poder ser ibérico, y si es jamón cocido, que sea cocido natural y de poca sal. Resto de embutidos, salchichón, chorizo, butifarra, mortadela, etc, mejor un par de veces al mes y en cantidades modestas, como mucho. Si los obviais del todo, tampoco pasa nada. Olvidaros del bocadillo de 250 gr de pan. Eso es un error nutricional. Sólo si vas de excursión porque quemas muchas calorías. No sustituyas las cenas ó las comidas por un bocadillo. No es nutricional un bocadillo. Antes comete una loncha de jamón en dulce ó una tortilla en el plato, con una tostada de acompañamiento, una zanahoria de relleno, y si lo acompañas con un caldo vegetal, te estás acomodando a una comida sana. Quesos, mejor de oveja curados en pocas cantidades ó si son semigrasos, pues algo más. Pero no a diario. Dos veces a la semana ya vale. Calcio lo hay no sólo en la leche sino en el reino vegetal también.

Acompañar los platos principales con verduras a la plancha, con legumbres mejor sólo cocidas y aliñadas con aceite y vinagre, con arroz, pero evitar las patatas fritas, ó berenjenas hechas a la sartén, que tiene casi tantas calorías como las patatas fritas. Tomar como acompañamiento setas a la plancha. Se venden baratas las de cultivo intensivo, controladas en sus nutrientes por estar cultivadas en medios regulados, y no las rehogueis en aceite, hacerlas casi a la plancha.
Las salsas, tres veces sólo al año permitiéndose mojar pan. Tomar bicarbonato después de cada comida rica en carnes ó fritos, si es el día que toca. Tomar muchas tisanas. Que no os canse tomar tisanas de variados tipos. Endulzadas siempre con Stevia, obviar el azúcar. No lo necesitamos como tal para subsistir. A no ser que hagamos un ejercicio continuado y queramos evitar el temido ácido láctico en nuestro músculos cristalizado: las agujetas.
Olvidaros de las bebidas carbonatadas, aunque sean light ó sin azúcar. Haceros una simple limonada en los veranos con tres limones exprimidos completando a litro y medio de agua y endulzarlo con cuatro cucharadas colmadas del edulcorante Stevia. 
Si quereis añadir una quinta cucharada porque os resulta ácido, no pasa nada. 
La Stevia es el edulcorante natural que debería estar sustituyendo al azúcar desde hace una década ya, pero los americanos la vetaron por intereses comerciales. Os contaré esa historia en otra entrada de blog. Sustituir las bebidas de agua en las comidas, por té ú otro tipo de infusiones. Eso sí, sin añadirle azúcar. Añadirle Stevia. Ó una cucharadita de miel, pero nunca después de una comida. Eso ha de hacerse entre horas. 
Vino, un vaso de 150 mL con las comidas, a sorbos, nunca de golpe, pues excelente. Si es tinto mejor. Cervezas, mejor en casi ayunas, ó entre comidas y  no superar el medio litro en dos tomas al día, aunque lo ideal sean los 250 mL
Licores tipo whisky ó coñac, mejor casi nunca, pero si hay que beber algo que sea corto en volumen y una vez a la semana máximo.
No saltarse comidas. Hacer las tres reglamentarias y dos pequeñas tomas intermedias, en orden descendente en cuanto a cantidad. La del desayuno puede ser copiosa. La comida parecida. La cena, la más ligera. Muy poca proteína y poca grasa por la noche. Y las pequeñas intermedias de media mañana y media tarde, a base de una tostada con algo, una pieza de fruta, acompañada de una tisana.

Porque las dietas no existen. Sólo existe el comer bien y persistentemente. Y sin saltarse las normas de nutrirse tomándose el tiempo que esa función requiere.

No hay que olvidar que el desayuno no se puede ni se debe obviar. Se ha de desayunar bien. Y eso es incluir leche (de vaca, de cabra ó de soja), algún tipo de cereal al natural, un puñado de copos de maiz naturales sin azúcar por ejemplo, un puñado de frutos secos tipo almendras, avellanas, nueces, pecanas, café para levantar el ánimo, y su queréis hasta una onza de chocolate negro de un mínimo de 72% de cacao, a poder ser sin azúcar ó light,  y si está edulcorado con manitol y polialcoholes similares, pues mejor.

Yo, en mi experiencia personal acerca de éstas recomendaciones nutricionales, y por lo observado en mí mismo, os puedo decir que vuestro peso se os irá estabilizando hacia la normalidad y que no os oscilará entre + - 2 Kg nunca. Sin dejar de hacer un moderado ejercicio siempre que podais.
Y estoy seguro que muchos que leais esto ya lo sabéis.
Cierto.
Lo difícil es hacerlo realmente,... pero os puedo decir que es la única "dieta" que funciona. Comer de todo racionalmente, en cantidades acordes al ejercicio que se haga, si es muy poco no superar las 1800 calorías por día, evitar las sustancias perjudiciales para la salud (fritos sobre todo y alcoholes fuertes ó vinos en mucha cantidad), y hacer ejercicio moderado persistente sin dejar lagunas de tiempo que excedan de más de un día, entre un ejercicio y otro.

Recordando el artículo de José María Ordovás, insistía en que era necesario crear una asignatura de educación nutricional ya desde la infancia y dentro de la escolarización básica. Quizás eso sea el principio de una racionalización de lo que comemos. Y que también obligaría a rotular ciertos tipos de comida con fotos de obesidades mórbidas aludiendo al peligro de acabar así si se abusa de ese tipo de comidas. Si se hace con el tabaco, ¿por qué no?
Y que sea el primer paso para comprometer a los responsables sanitarios con forzar legislaciones al respecto, y orientar a la población bajo la recomendación cierta, de que la buena comida, junto al ejercicio, es la mejor medicina...
La industria alimentaria se está comprometiendo a mejorar los procesos de elaboración de comidas, cada vez abogan por productos "light" que no siempre son lo adecuado, pero es de momento sólo una intención. Buena intención, pero eso no es suficiente. Estamos en un mundo que va a tener que cambiar muchas cosas en las pautas de comportamientos aberrantes de sobreabundancia de la mitad de los últimos 35 años. Y eso es una de las cosas que NECESITA cambiarse urgentemente.
Porque si nos atenemos a los principios básicos de una buena alimentación, sobra marketing alimentario, sobran por tanto productos, sobran empresas, y sobran anuncios que "pervierten" el sentido de la alimentación sobretodo en los niños, "obligando" a sus padres a comprárselos y que los consuman.

Que dediquen sus esfuerzos a crear alimentos consistentes y nutricionalmente buenos para el mundo que lo necesita, para exportarlos fácilmente, que la FAO de verdad se implique en que esos alimentos se paguen a través de bonos estatales a las empresas que los producen y se hagan llegar a los que sí los necesitan, y que se abstengan de atiborrarnos de alimentos inútiles muchos de ellos a nuestras civilizaciones de países avanzados, sólo por dinero y negocio, y algunos de esos alimentos muy perjudiciales, que no nos hacen ninguna falta. 

Es más, ...nos harían un grandísimo favor. Que contribuyan a alimentar nutricionalmente a los ciudadanos antes de velar por sus ganancias empresariales.

Si se han llegado a crear los medicamentos genéricos, ... ¿Por qué no crear alimentos genéricos?
Proponer normas de preparación estándar de alimentos, y seguirlas al pie de la letra. Para una alimentación sana, ¿qué más necesitamos? Y a precios razonables. Para "virguerías alimenticias", ya están los restaurantes cualificados. Ó el Can "algo" de la salida dominical. El que quiera comer diferente que lo haga a partir de alimentos básicos, pero hay que empezar a pasar de los platos hechos que nos vende la industria alimentaria. Nunca el poco tiempo nos debe inducir a comer de mala manera. Nutrirse tiene que tener su tiempo destinado diariamente.

¿Por qué no elaborar una reglamentación de otorgar estrellas de calidad nutricional a los restaurantes, a la par de estrellas de sofisticadas preparaciones muy caras que no tienen  por qué ser del todo sanas?

¿A qué esperamos a exigírselo a nuestros políticos?

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