domingo, 30 de diciembre de 2012

Fuera de lugar




Pedrito siempre recordaba tener frío en aquel lugar. De la mano de su madre, se entretenía a veces en mirar enfrente a aquellas masas de hielo que le quedaban casi a la altura de los ojos, donde la única otra visión de que disfrutaba en el lugar, era mirar hacia arriba, y ver a las mismas señoras de muchos días como hoy.

Pero lo que más le atraía era mirar al frente, hacia el hielo. Lo que veía ahora mismo, no era nuevo, estaba moribundo a poca distancia de su cara, y le faltaba la vida por momentos.

Y lo que más le molestaba de todo, era ver la ignorancia hacia aquel hecho tan claro, de toda la gente que le rodeaba en esos momentos. Todos lo veían igual que él, se estaba muriendo, y nadie hacía nada por evitarlo.

Se fijaba en sus movimientos lentos…. Avanzaba a duras penas por el hielo, con espuma por su boca, salvaba mal los desniveles del hielo, y se caía de un lado, … aunque a duras penas y no sin esfuerzo, se volvía a levantar para seguir su camino hacia delante…

A veces se levantaba más de un lado, cómo si de un ser desesperado se tratara, que pide auxilio, que no sabe porque está fuera de su lugar habitual, allí sobre el hielo frío, … como pidiendo socorro y auxilio…

Pedrito se lo miraba con los ojos bien abiertos. Tenía la tentación de echarle una mano, de ofrecerle una mínima ayuda, … pero se lo impedía el acordarse del último grito y estirón de manos que recibió de su madre, el día que se atrevió a hacerlo, … no hace muchos días…¡No podía entender cómo a un ser tan desgraciado, que se estaba muriendo, ninguno de los presentes le hiciese el más mínimo caso…!

Aún así, para sus adentros, se armó de valor, ó no pudo resistir la tentación, quién sabe, y lanzó su mano para cogerlo…

Lo tocó, estaba frío…, lo llegó a levantar ligeramente de un lado…apenas se movía ni reaccionaba, era evidente que estaba en las últimas…

- ¿No te he dicho que no lo toques? - inquirió su madre, dándole un tirón a la mano del cual llevaba cogido a Pedrito…

La señora que despachaba en aquel puesto de pescadería, se limitó a sonreirle a Pedrito, al mismo tiempo que tomaba con su guante de goma aquel cangrejo de río, que huyendo de la bolsa de red de plástico negra, donde sus congéneres, la mayoría estaban casi muertos todos, lo devolvía bruscamente lanzándolo allá donde cayera dentro de la bolsa…

- No se preocupe señora, no es el primer niño que lo toca… Y éste - señalando la bolsa de red de los cangrejos -, lleva toda la mañana inquieto escapándose de los demás…

- ¿Usted dirá señora…? ¿Le corto la merluza a trozos?
 
  

Original de richimotard (Ricardo Vidal) recuperado de Ciao con mi nick richi49    

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