miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Qué suerte tienes...!


¿Cuantas veces has oído a alguien que te comenta esto ante una buena fortuna que te ha sonreído?
Seguro que unas cuantas. Y muchas veces ni te paras a fijarte en su expresión, si es de alegría real, ó de aquello que llaman "envidia sana", que unas veces lo es, ... y otras no. Hablo del adjetivo"sana"...
Te lo dice un amigo, un conocido, alguien de tu familia, y tú valoras su sinceridad en función de la persona que tienes delante. Y desde luego siempre será mejor, independientemente de la forma que se produzca ese comentario, que te lo expresen. Porque lo peor es cuando evitan hacerte comentario alguno, sobretodo si viene de personas que realmente no tienen sentimientos buenos hacia ti y hasta puedes intuir un mal gesto como de "dolor contraído" por parte de esa persona, que intenta bajo todos los medios que ni se note tú lo notes. Y es que para ellos, la indiferencia ante tu persona, eso es básico ante todo, y la indiferencia ante una buena noticia que te acontezca forma parte de su manera en cierta manera de "no quererte"para no decir directamente odiarte.

Pero ¿no te has preguntado nunca por qué siempre hacemos esa pregunta? Porque la verdad es que todos, sin excepción, la hacemos. Como si la suerte realmente existiese...

Porque yo pienso que la suerte no existe. Al menos en el 99% de los casos. Habría que hablar de que las cosas suceden porque están en el sitio justo, en el momento justo, y uno está allí, y debe saber tomarlas al vuelo, que esa es otra...

¿Cuantas veces la "suerte" decimos no nos sonríe porque no hemos sabido "tomarla"?

La suerte no elige.

Eres tú el que eliges la suerte...

Eres tú el que la busca, la trabaja, y en todo caso, si te llega, porque a veces no toca ese momento que esperas, la mereces.
La mal llamada suerte, yo creo que se consigue con ideas claras, fé en uno mismo, tesón y esfuerzo, y trabajo, ... mucho trabajo. Nadie regala nada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario